El comercio cada vez implanta su huella con más fuerza en las artes, el pensamiento, y hasta la moda. Ese es el caso que nos ocupa, la frecuente recurrencia de las celebridades a querer tener su propia marca de ropa.
Esto, por supuesto, tiene una interacción lucrativa importante, desde dos puntos de vista: por un lado la característica propia del mercado y aumentar las finanzas, y por el otro potenciar a los seguidores de la personalidad en cuestión.
Estas líneas cada vez provocan más ventas millonarias, debido a que la mayoría de los seguidores quieren parecerse a sus admirados, y de esta manera mantener un sistema de acción y reacción típico de las economías de mercado.
A ello se añade la publicidad, todo en un mismo libro de recetarios para que exista una coherencia cuya esencia es comercio, al margen del arte, o incluido en él.
¿Vivir una videa irreal?
Uno ejemplo: el caso de la estadounidense Scarlett Johansson, quien diseñó junto a la marca deportiva Reebok la gama Scarlett Hearts Rbk, línea de calzado e indumentaria cuya promoción corre a cargo de la joven protagonista.
Otro, quizás el más reciente, el de la cantante Madonna quien presentó en Nueva York una nueva línea de ropa M by Madonna, en colaboración con la marca sueca H&M Hennes and Mauritz.
Para ello, la artista se asoció hace aproximadamente un año durante una gira mundial, y la idea fue tomando cuerpo y forma de contratos.
Oportunamente, voceros de H&M, como Jennifer Uglialoro, dijeron que la línea presentada por la diva del pop no es alta costura, pero al mismo tiempo es un lujo para las masas, en franca y contradictoria opinión que los entendidos pueden muy bien interrogarse acerca de su significado.
Sin embargo, existe una claridad meridiana en cuanto a este concepto: las seguidoras de Madonna quieren vestir como ella, y por lo tanto una línea de ropa de este tipo tiene mucha salida.
Claro está que este ritmo solo es aplicable, en la práctica, al primer mundo, a los jóvenes con una solvencia justificada para poder adquirir esas piezas de vestir, o a familias de clase media hacia arriba en otras naciones.
Pero existen otros éxitos comerciales apoyados en celebridades de este tipo, como cuando la empresa sueca H&M, decidió que la cantante Kylie Minogue, fuera la nueva imagen de la marca para el último verano.
A la lista podemos añadir a la cantante y actriz de ascendencia puertorriqueña Jennifer López, quien creó en 2001 la compañía Sweetface Fashion; o la modelo británica Kate Moss y a muchas más.
Detalles aparte, la fórmula, de altos precios y no menores ganancias parece constituir un nuevo filón comercial tanto para las divas de la música, en primer plano, como para vaciar bolsillos abundantes.
Toomado de economia@prensa-latina.cu