Los huracanes Ike y Gustav dejaron unos 3.000 millones en pérdidas por daños a viviendas, agricultura e infraestructura eléctrica, según cálculos preliminares aportados por la televisión cubana.
El ciclón Ike rugió por dos días a lo largo de la isla de oriente a occidente el fin de semana y sumó su destrucción a la de su predecesor Gustav, que azotó el occidente a finales de agosto.
Pese a los estragos, la cancillería cubana rechazó la oferta estadounidense de enviar expertos para evaluar los daños y 100.000 dólares en lo inmediato y demandó que se le permita comprar materiales de construcción o en todo caso se elimine el embargo con más de cinco décadas de vigencia y condenado por Naciones Unidas. Cuba alegó que cuenta con profesionales calificados por hacer cálculos de pérdidas.
Un reporte de la Agencia de Información Nacional, indicó que el Instituto de la Vivienda estimó en unas 200.000 las casas con destrucción (30.000 completamente derrumbadas) por el paso del ciclón Ike y unas 120.000 las de Gustav, para sumar unas 320.000.
Un reporte de Cuba entregado a Naciones Unidas en 2005 aseguró que a las autoridades les cuesta 8.000 dólares construir una casa y unos 1.000 la reparación, por tanto en estos ciclones promediarían una pérdida sólo en viviendas de 1.500 millones de dólares.
El gobierno tenía planificado construir en todo el 2008 unas 50.000 casas y hasta antes del ciclón su déficit habitacional era de medio millón. También se han registrado daños en la agricultura, sistema eléctrico y telecomunicaciones.
En el caso de la agricultura, no hay actividad agrícola en alguna provincia que no haya tenido algún daño. Las pérdidas se producen en momentos tensos debido a los altos precios de los alimentos en el mercado mundial, pues Cuba importa alrededor del 80% de su comida.
Cuba tendrá este año una factura exterior por comestibles de unos 2.000 millones de dólares. Buena parte de ella se destina a compras a productores estadounidenses, que eliminó de las sanciones la venta de alimentos.
La cancillería cubana señaló en su comunicado del jueves que el Gobierno estadounidense «intenta sugerir que está desesperado por cooperar con Cuba y nosotros nos negamos… Cuba no ha pedido al Gobierno de los Estados Unidos que le regale nada. Simplemente que le permita comprar. Lo demás, es pura retórica, pretextos y justificaciones que nadie se cree».