José Martí, el Héroe Nacional de Cuba percibió así el fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina, aquel 27 de noviembre de 1871:
«Estos ocho estudiantes, de dieciséis a veintiún años de edad, después de una farsa judicial, celebrada bajo la presión de las turbas, fueron muertos en medio de frenéticos aplausos y otros 31 fueron enviados a Presidio por el supuesto crimen de haber profanado el sepulcro de Gonzalo Castañón, un periodista….
«La bóveda no mostraba la más ligera huella de profanación, y una raya hecha mucho antes en el cristal que cubre las ofrendas florales fue todo lo que pudo ser atribuido a una mano irrespetuosa, si no hubiera estado cubierta por el moho el día de los hechos».
Sus nombres quedaron en la historia: Eladio González, Carlos de la Torre, José de Marcos Medina, Pascual Rodríguez, Anacleto Bermúdez, Alonso Álvarez de la Campa, Ángel Laborde y Carlos Verdugo.