¿SOMOS PILONGOS TODOS LOS SANTACLAREÑOS?

Pila bautismal, en la Catedral de Santa Clara.Si una palabra llena de orgullo al santaclareño resulta la de pilongo, pues de inmediato, por extensión, lo identifica en nuestros días, pero conviene aclarar que literalmente no todos los que vivimos en esta urbe, que cumple el próximo 15 de julio 320 años de fundada, son acreedores de este apelativo.

Pilongo, según Berenguer Sed en sus Tradiciones de Villaclara, es aquel bautizado en la pila bautismal que existió en la Parroquial Mayor desde los tiempos de Juan Martín de Conyedo, allá por el lejano año de 1725, y que sirviera para tales oficios durante más de dos siglos.

Aunque por tradición son así reconocidos y nombrados todos los habitantes de esta hospitalaria ciudad, hayamos recibido o no el bautismo en la antiquísima pila que muestra la foto, ubicada hoy en la Catedral.

Otros datos curiosos sobre Santa Clara

– Sabía usted que: En 1712 se construyó la primera casa de mampostería y teja, que perteneció a Nicolás de Cárdenas, quien «hizo traer, según la tradición, los materiales desde la Habana por el río Sagua la Grande»; y que en 1779 comenzó a construirse el barrio Condado, el más famoso y bullicioso de la ciudad.

– Y que nuestro río Bélico tiene ese nombre porque el poeta Plácido se lo impuso en 1840, en ocasión de una visita que realizara a nuestra ciudad. Según nos cuenta el historiador Manuel Dionisio González en su Historia de la Villa de Santa Clara y su jurisdicción «[…] diole ese nombre por haber en su orilla un mineral de imán y nacer laureles en sus márgenes, símbolo el primero de la guerra y los segundos de la victoria».

– Que durante la primera representación dramática en esta villa, la gente hablaba en un tono de voz tan alta, que «para que se callara fue menester que el gobernador amenazara con el cepo al que no guardara orden».

– En 1827 se estableció en la ciudad de Santa Clara la primera Sociedad Filarmónica del interior de la Isla, todo un acontecimiento cultural para la época.

– El adoquín colocado en nuestras principales calles en 1927 tiene una dureza y calidad análogas al que se obtiene en las canteras de Noruega y Suecia, y sus dimensiones son iguales al que usó el Departamento de Obras Públicas en las calles de La Habana? Unido a esto se exigió a los contratistas emplear personal experto en su colocación, de modo que después de cilindrado y vertido el derretido, no se notarán depresiones ni irregularidades en el pavimento.

Fuentes: periódico Santaclareño y sitio web de Cultura Provincial.

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