Son diversos los homenajes que, a lo largo del actual año 2010, recibirá Alicia Alonso, en ocasión del 90 aniversario de su natalicio. Así reconocerá el mundo los aportes de una vida consagrada al arte de la danza. Una artista que no sólo ha alcanzado la excelencia en sus interpretaciones en la escena, sino que también ha logrado trasmitir sus enseñanzas y lecciones, crear una escuela de raigal cubanía y dejar una huella indeleble en la historia del ballet de todos los tiempos.
Entre todos esos justos y merecidos tributos, la prima ballerina assoluta ha recibido un sencillo y, a la vez, inusual reconocimiento. El Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, ha dedicado un disco de su Colección Palabra viva a quien, según José Lezama Lima, “ha logrado una historia que se reconstruye sin dejar de ser pura y naciente”.
Por Fernando Rodríguez Sosa
Bajo el título Una Giselle cubana y universal, este disco reproduce varios fragmentos de entrevistas con la directora del Ballet Nacional de Cuba, realizadas, a lo largo del tiempo, por el conocido y reconocido periodista Orlando Castellanos. Se trata de un material de indudable trascendencia, en el que la artista cuenta, a viva voz, su vida, su formación, sus éxitos, su magisterio, sus proyectos…
Como complemento de tan excepcional testimonio, el fonograma incluye dos poemas dedicados a Alicia que han sido musicalizados. Inteligente la selección de esos textos, lo cual permite, a través de diferentes formas estróficas, valorar el alcance y dimensión de la impronta de la Alonso en el contexto de la cultura cubana y universal de entre siglos.
Adolfo Martí es el autor de “Décimas por Alicia”, diáfano y espontáneo texto, escrito en la llamada estrofa nacional, que ha sido musicalizado e interpretado por ese símbolo de auténtica cubanía que es Celina González. La voz de Miriam Ramos trae “Saludo y homenaje a Alicia Alonso”, poema de Eliseo Diego, con música de Sergio y José María Vitier, que, con meridiana lucidez, recrea la esencia y la presencia de la intérprete de Giselle.
Para Virgen Gutiérrez, quien ha tenido a su cargo la edición de este volumen y de toda la colección en su conjunto:
“Este volumen (…) nos acerca a esta mujer que dedicara toda su vida a la danza y que hoy, a sus noventa años es ya un mito universal, gracias a ese afán de perfeccionar la técnica de su actuación en el escenario, a su talento puesto a favor de la coreografía y a esa voluntad de seguir haciendo más allá de las leyes biológicas, que le han permitido romper todos los esquemas establecidos para los bailarines y ha continuado bailando y creando Ya en 1978 había recibido un homenaje de la UNESCO en París y en Cuba; por la misma fecha, se le había ceñido una corona de laureles como reconocimiento a su destacadísima labor”.
Escuchar este disco es como revivir esa luminosa historia que, con tesón y entrega, pasión y regocijo, sacrificio y devoción, escribe Alicia Alonso. Mas, oír estas grabaciones, salvadas para el tiempo y la memoria, es también como ver bailar, con palabras, a quien, como escribió el poeta de En la Calzada de Jesús del Monte, es “sólo música encarnada, / luz que dibuja fina en las oscuras / fibras del mundo eternas travesuras”.
DE ELISEO DIEGO
Así la vio para nosotros –y así la vemos nosotros ahora con él– un poeta grande de nuestra lengua, Don Eliseo Diego, en su “Saludo y homenaje a Alicia Alonso”:
Siempre te vi volar toda ya un hada,
cisne, paloma y mil y más criaturas,
tramando tus divinas aventuras
sobre el borde insaciable de la nada.
Tú misma sólo música encarnada,
luz que dibuja fina en las oscuras
fibras del mundo eternas travesuras
tan naturales como tú hechizadas.
En fin, que para mí tú eres el Arte
vivo en su ardor, y tan, y tan lejana
como la estrella que el abismo abriga.
Pero hoy que me decido a saludarte
te siento cerca, lumbrecilla humana,
fiesta de Cuba, misteriosa amiga.
Fuente: Boletín del Centro Pablo de la Torriente Brau