HOMENAJE A ÁLVARO REYNOSO, EN EL DÍA DE LA CAÑA DE AZÚCAR

Álvaro Reynoso es considerado hoy el padre de la agricultura cubana, y en su honor se celebra el 4 de noviembre de Día de la Caña de Azúcar.El 4 de noviembre de 1829, nació en Alquízar, provincia de La Habana, Álvaro Reynoso, el considerado «padre de la agricultura cubana«, un hombre que por la integralidad de sus conocimientos, investigaciones y resultados prácticos, se adelantó a su tiempo.

En recordación al notable científico, se celebra hoy jueves, en Villa Clara, el Día de la Caña de Azúcar, que incluye una sesión solemne de la cátedra Álvaro Reynoso, de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, donde se debatirá la situación actual y perspectivas del cultivo de la caña, así como el lugar de la industria azucarera en la historia de Villa Clara.

Cuando solo tenía 20 años (1849), Álvaro Reynoso publicó un trabajo de gran interés: Nuevo procedimiento para el conocimiento del yodo y del bromo. Cinco años después envía a la Academia de Ciencias de París otro sobre Presencia de sangre en la orina de personas sometidas a la inhalación de medicamentos anestésicos, el que recibe Premio en el Concurso de Medicina y Cirugía. Escribió y aportó elementos sobre los cultivos de arroz, tabaco, maíz, plátano, yuca, papa y boniato, que deben ser divulgados.

En 1862, en plena madurez creativa, publica el Ensayo sobre el cultivo de caña de azúcar, su obra cumbre de 500 páginas, traducida a varios idiomas, e ignorada en Cuba.

Imposible que la obra de Reynoso fuera viable en la república neocolonial, en la que nuestro país se convirtió en un apéndice económico y político de los EE.UU., subdesarrollado, con una estructura caracterizada por el latifundio, el analfabetismo y el bajo nivel cultural de las grandes masas.

Coinciden investigadores en que el desarrollo científico y tecnológico experimentado en el siglo XIX fue deliberadamente frustrado por los intereses monopolistas del imperio estadounidense.

Reynoso fue uno de los precursores de la diversificación agroindustrial y del cuidado del medio ambiente; habló del uso de los subproductos de la caña y el cultivo intensivo de esta planta como una forma de garantizar buenas tierras para otras siembras económicamente viables.

No por casualidad, el proceso de cambios y transformaciones en el sector azucarero, ahora en la segunda etapa, lleva su nombre en la búsqueda de la diversificación y el grado de eficiencia que el sabio de Alquízar avizoró hace mucho tiempo.

Esta gloria de la ciencia universal vivió sus últimos años en condiciones de extrema pobreza. Enfermo de tuberculosis y abandonado, murió en la barriada del Cerro, el 11 de agosto de 1888.

La ciencia cubana de hoy se vincula con la ciencia del pasado, en la que Álvaro Reynoso ocupa sitio prominente, profundiza en sus raíces, estudia y destaca sus legítimos valores.

Fuentes: JUAN VARELA PÉREZ y CMHW

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