La morada donde habitó por más de nueve lustros José Lezama Lima, ha sido convertida en Casa Museo, al conmemorarse el centenario del su nacimiento. El inmueble atesora testimonios sobre la vida y la creación del autor de Paradiso, una de las novelas más significativas de las letras iberoamericanas del siglo XX.
Una tarja que acredita la condición de la casa como Monumento Nacional. Ubicada en el número 162 de la calle Trocadero, en pleno corazón de la capital cubana, Lezama escribió allí su descomunal obra poética, narrativa y ensayística; planeó revistas que constituyen hitos indelebles en la cultura cubana; animó un núcleo de resistencia intelectual y ética en medio de las sombras de la república mediatizada; sostuvo diálogos matizados por la sabiduría y el ingenio con sus contemporáneos; y fomentó su círculo familiar junto a su madre Rosa.
Los más antiguos vecinos recordaron la respiración asmática del poeta, las volutas de los habanos que prendía como si practicara un rito órfico; y sus caminatas hasta el paseo del Prado.