Según cuenta el sitio FayerWayer “ayer, la empresa Godrej & Boyce Manufacturing Company, la última en el planeta que todavía vendía máquinas de escribir, anunció que está rematando las últimas 500 piezas que le quedan. De hecho, la producción de estos bellos y antiquísimos animales de metal, letra y tinta se detuvo en 2009, cuando esta empresa todavía lograba poner en circulación 12,000 unidades. Sin embargo, la proliferación de las computadoras los sacó del negocio rápidamente. Godrej & Boyce está ubicada en la India y, en la década de 1990, vendían 50,000 máquinas de escribir al año.”
Las máquinas de escribir son el vestigio de una época perdida, el canto de cisne de una palabra impresa que cede y cede terreno al imperio de la imagen. El inconfundible repiqueteo de las teclas en el rodillo ha sido trastocado por el silencio de las computadoras y los dispositivos móviles, esta vez, para siempre. Descanse en paz, máquina de escribir.
Lea el artículo de Rafael González Escalona (blog El Microwave).