El envejecimiento de la población de Cuba se aceleró en los últimos años y en 2035 existirán en el país 3,6 millones de personas mayores de 60 años de edad frente a dos millones actualmente.
La población cubana es actualmente de alrededor de 11 millones de habitantes. El envejecimiento pronosticado será “una notable sobrecarga para la Seguridad Social, el Sistema de Salud y las disponibilidades de fuerzas de trabajo”.
Maratonista villaclareño de la tercera edad
Por Héctor Darío Reyes
Santa Clara tiene un maratonista de la tercera edad: Jorge González Martínez, de 83 años. Cada mañana, este octogenario natural de la finca Canoa, en Encrucijada, sale a correr en la pista de la Sala Amistad ocho o diez kilómetros, y una vez por semana, 21.
Desde su medio siglo, este atleta afinca sus músculos en la carrera y ya se ha presentado en siete ediciones del Marabana. El origen de su afición se remonta a que siempre hizo ejercicio, pero un día le cerraron el gimnasio y se dijo: «Vamos a ir a correr pa’ mantenerme», y ahí empezó todo. Fue a la pista y se unió a personas de su misma edad: «Ahí corríamos, y ya usted ve —me dice—, llevo treinta y pico de años en esa candela.»
En Cuba, él es quien con más edad recorre la fiesta maratonística capitalina.
Conforme sus propias palabras, siempre va por medios propios o con muy pobre apoyo del INDER provincial, el cual —según Jorge— tampoco estimula mucho la disciplina por tener pocos eventos; también ha eliminado otros, como la «Milla de Montiel», que se corría desde el Parque Vidal hasta el Campo Sport.
Al preguntarle por el entrenamiento, comentó que aunque siempre va a la pista, otro de sus circuitos es desde su casa en la calle Danielito y correr 3 km hasta la Circunvalación, luego 14 por esta vía para completar los 17 del Marabana. «Este recorrido es parecido, aunque más violento, que el de la capital por el sube y baja en las lomas del reparto Capiro. Y es que el circuito capitalino tiene 21 km, incluso por la inclinada calle 26.
«Nunca he llegado a las medallas —dice—, pero no importa porque lo mío es llegar en tiempo, pues al final lo que vale es la competición», dice Jorge la mañana de la entrevista, antes de dirigirse a la pista.
«Quedo feliz con el cariño que me demuestra la gente en las calles. Recibo muchos aplausos y gritos, me avivan de varias formas y me toman fotos, así es que estoy muy feliz, eso es más importante que una medalla», afirmó el atleta, que, además, explicó que la categoría en la cual corre presenta siempre ancianos de 60 años y algo más. «¿Con 18 de diferencia, qué cree que puede pasar?», pregunta.
Pasa, pues, que Jorge tiene una salud de hierro a sus 83 años, un espíritu combativo, buenas relaciones humanas, así como un número en el ranking mundial para la categoría de su edad.
Además, puede correr 17 km en dos horas y media. Lo hace por pasión y no por medallas, como en estos días nos enseña el sudafricano Oscar Pistorius, quien simboliza el sueño y la voluntad por amor al deporte.
Sueño y voluntad que cada año ponen de manifiesto atletas como Singh, Bernal, Wood-Allen y, en Santa Clara, Jorge, quienes, a pesar de tener más de 80 años, participan en maratones por el simple acto de ser parte de la justa, de la memoria histórica en el evento más exigente del deporte rey.