
La imagen de Fidel haciéndole swing a la pelota y el receptor Germán Miranda en su posición de receptor ha quedado como símbolo de aquel momento inolvidable cuando se inauguraron las series nacionales.
Medio siglo ha transcurrido desde aquel 14 de enero de 1962, cuando 116 peloteros repartidos en cuatro equipos, echaron a andar las series nacionales de béisbol, ante la ovación de los más de 25 mil aficionados congregados en el estadio Latinoamericano.
La imagen del líder histórico de la Revolución cubana haciéndole swing a la esférica y el camajuanense Germán Miranda Heredia en su posición de receptor, para dejar inaugurado el primer clásico, ha quedado como símbolo de aquel inolvidable momento en que, al decir de Fidel, la pelota volvió al pueblo.