Pienso ahora en cuanto ajetreo y movilización habría aquel 31 de marzo de 1959, cuando a solo tres meses del triunfo revolucionario, se creó la Imprenta Nacional de Cuba. Días de mucho quehacer para una nación que se proponía iluminarle el camino a casi un millón de analfabetos y a muchas personas con muy bajo nivel educacional.
Fue «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha«, esa obra cumbre de la Literatura Universal, de Miguel de Cervantes y Saavedra, el primer título que se publicó por la Imprenta Nacional de Cuba, a propuesta del Comandante en Jefe Fidel Castro. De esa manera, el Quijote llegó a todos los confines de la isla, gracias a una tirada de 400 mil ejemplares que fue vendida a la población al precio de 25 centavos.