Los periodistas villaclareños analizaron con ojo crítico su quehacer y los problemas —tanto internos como externos a la dinámica de los medios— que los afectan en su misión de lograr más eficiencia y calidad en su labor. El siguiente artículo presentado en forma de ponencia en la jornada científica del Festival de la Prensa Escrita 2011, bajo el título: El Secretismo, una hidra de mil cabezas, fue distinguido por el comité académico del evento:
Por Yandrey Lay Fabregat.— Imagine que una mañana nos levantamos y nadie comenta las noticias en las calles. Están en silencio los receptores de radio. Ningún canal surca el espacio audiovisual del país. Han cerrado las agencias de información y las computadoras se han convertido en simples máquinas de escribir:
Sería una catástrofe para los que discuten de deportes, las amas de casa, para los viejitos que leen y después revenden los periódicos, los niños, para los organizadores de matutinos, los directivos, los maestros, los lectores de tabaquería y, por supuesto, para los mismos periodistas.
Las «bolas» crecerían hasta el infinito, aplastando esperanzas y fundando nuevos mitos, a la par del aumento de la desesperación popular ante la imposibilidad de obtener información pública, veraz y organizada. Tales serían las consecuencias de la muerte repentina del periodismo cubano. Sigue leyendo