Por Yuris Nórido.— Casa de cristal, la primera temporada de la telenovela Bajo el mismo sol, ha causado en ciertos espectadores gran inquietud. Muy al estilo de las últimas producciones dramatizadas cubanas, no se conforma con entretener: ha asumido el reto de abordar cuestiones polémicas de la más reciente actualidad.
Desde el asunto principal, la reinserción en la sociedad de tres ex reclusas, hasta otras tramas dedicadas a la corrupción, la educación de los hijos, el maltrato familiar… la telenovela está presentando un panorama bastante problemático de la contemporaneidad.
No obstante, hay un tema que sin dudas motiva la mayor cantidad de opiniones encontradas: la homosexualidad femenina, representada por una de las tres protagonistas.
Muchos consideran que en las últimas producciones nacionales se ha abusado del asunto, y no creen que ese sea el espacio para abordarlo. Creen, en el mejor de los casos, que la popularidad de las telenovelas puede atraer demasiados ojos a algo que debe permanecer en ámbitos más bien íntimos.
Otros, francamente, piensan que hablar sobre el tema es peligroso para niños y adolescentes, pues pueden revertir sus nociones establecidas de normalidad.En este mismo sitio, hace algunas semanas, al comentar un artículo sobre la novela brasileña que alterna con Bajo el mismo sol, buena parte de los lectores parecían necesitados de expresar sus criterios sobre la manera de abordar la homosexualidad en la serie cubana. Sigue leyendo