Dos poemas de Dulce María Loynaz en el aniversario de su nacimiento

El 10 de diciembre de 1902, nació en La Habana la poetisa cubana Dulce María Loynaz. Hija del mayor general del Ejército Libertador de Cuba, Enrique Loynaz del Castillo y de María de las Mercedes Muñoz Sañudo. Se doctoró en Derecho en la Universidad de La Habana y fue colaboradora de las más prestigiosas publicaciones de la Isla.

Entre sus libros figuran poemarios, memorias y una novela lírica, Jardín, considerada por algunos entre los primeros antecedentes del realismo mágico latinoamericano.

Su obra poética, enmarcada en la corriente posmodernista, se ha caracterizado por un profundo carácter introspectivo mediante el cual intenta dar expresión al sujeto femenino, y por la creación de un mundo simbólico altamente sugerente: Versos 1920-1938, Poemas sin nombre (1953), y La novia de Lázaro (1991).

En 1986 recibió el Premio Nacional de Literatura de Cuba y en 1992 el Premio Cervantes en España. Fue directora de la Academia Cubana de la Lengua. Falleció el 27 de abril de 1997.

Dulce María Loynaz.

Dulce María Loynaz.

Poema del amor tardío

Amor que llegas tarde,
tráeme al menos la paz:
Amor de atardecer, ¿por qué extraviado
camino llegas a mi soledad?

Amor que me has buscado sin buscarte,
no sé qué vale más:
la palabra que vas a decirme
o la que yo no digo ya…

Amor… ¿No sientes frío? Soy la luna:
Tengo la muerte blanca y la verdad
lejana… —No me des tus rosas frescas;
soy grave para rosas. Dame el mar…

Amor que llegas tarde, no me viste
ayer cuando cantaba en el trigal…
Amor de mi silencio y mi cansancio,
hoy no me hagas llorar.

La hija pródiga

¿Qué me queda por dar, dada mi vida?
Si semilla, aventada a otro surco,
si linfa, derramada en todo suelo,
si llama, en todo tenebrario ardida.

¿Qué me queda por dar, dada mi muerte
también? En cada sueño, en cada día;
mi muerte vertical, mi sorda muerte
que nadie me la sabe todavía.

¡Que me queda por dar, si por dar doy
—y porque es cosa mía, y desde ahora
si Dios no me sujeta o no me corta
las manos torpes — mi resurrección…!

Ver también:  Web de Dulce María Loynaz

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